Los jóvenes incendiaron el pasillo de joyeros ante un reducido número de policías con escudos, quienes lanzaron gas lacrimógeno.
A su vez, los manifestantes les lanzaron latas, piedras, bombas molotov y explosivos. Ante las agresiones, a la zona llegaron más elementos policiacos.
Los jóvenes también aventaron petardos contra la Catedral Metropolitana y rompieron vidrios del Palacio Postal.
De acuerdo con reportes, la gresca ha dejado al menos 21 policías policontundidos y uno con quemaduras.
En el sitio, personas ofrecen leche a manifestantes para lavarse la cara por el gas lacrimógeno.
Los inconformes prendieron fuego a una joyería, el cual fue extinguido en segundos por los bomberos de la Ciudad.
Los del bloque negro amagaron con apalearlos, mientras que otro grupo respondió que contra ellos no.
Informes señalan que ERUM atendió a varias personas por golpes e intoxicaciones.
Asimismo, 22 comercios resultaron afectados, según reporte preliminar.
Mientras se daba este enfrentamiento, voceros del Comité 68 hicieron sus pronunciamientos, teniendo a espaldas Palacio Nacional.
"El silencio ante los genocidios es complicidad", se leía en una manta que portan.
En su trayecto al Zócalo, los miembros del bloque negro también saquearon una tienda Comex, así como una tienda de autoservicio.
Tras las confrontaciones, policías antimotines tomaron control del Zócalo, mientras que los integrantes del bloque negro se replegaron.