OPINIÓN

Alá es grande

Paloma Ramírez EN MURAL

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Hace unos días, cuando se cumplían seis años de aquel fatídico 7 de enero en el que un par de yihadistas entraron a la redacción de Charlie Hebdo en París para vaciar sus armas en contra de lo que se moviera, yo leía las últimas páginas de El colgajo, de Philippe Lançon, superviviente de la matanza. Si bien los ataques terroristas nos son un tanto ajenos en cuanto a que todavía suceden en latitudes distantes, éste tuvo una cobertura mediática considerable. Misma que no sólo se debió al alto número de víctimas o porque el escenario fue una ciudad en la que aquello era aún una rareza. Le siguieron las manifestaciones en las calles en las que millones de personas se solidarizaban con el periódico.