Pertenezco a una generación en la que, a los hombres, les estaba vedado el derecho a derramar lágrimas.<BR><BR>Llorar era visto no solo como un rasgo de debilidad, sino que incluso, ponía en duda la virilidad de aquel que osaba hacerlo.<BR><BR>Para mi fortuna, tuve un ángel guardián en forma de...