Uno de los sellos más distintivos del gobierno de López Obrador es su denominada política de austeridad republicana. Según la lógica del Presidente, supone no solo reparar fugas y goteras, sino amputar a la burocracia para generar ahorros para los programas pilares de la Cuarta Transformación, como el programa Jóvenes Construyendo el Futuro o las pensiones a los adultos mayores.