De un tiempo acá tenemos el virus como tema casi único y omnipresente hasta en la sopa. Forma parte de nuestras conversaciones, de nuestras rutinas, influye en todas nuestras decisiones, le tememos, lo soñamos, lo padecemos, lo inventamos, lo incorporamos, incluso nos ha llegado a enfermar aun sin contagiarnos. Hemos desarrollado síntomas una y mil veces, a veces en periodos cortos de estrés y angustia, y a veces en nuestras peores pesadillas. Nos hemos hecho pruebas de pánico, y hemos visto enfermar a cada vez más personas a nuestro alrededor. También ya a estas alturas, casi todos contamos con al menos alguna muerte de un ser querido por su causa.
Sofía Orozco
Es tapatía, chef repostera por casualidad y periodiquera por afición. Desde una perspectiva ciudadana, analiza y critica lo cotidiano.