Estoy completamente seguro que una de las formas de penitencia que existen en el purgatorio es soportar el efecto de una cruda de cachaza, en un cuarto reducido muy similar al que tenemos en el hotel de Porto de Galinhas, con la ventana cerrada y el aire acondicionado apagado durante 824 días seguidos sin la oportunidad de poder tomar una aspirina o cualquier medicamento que disminuya el dolor de cabeza.