México es rico en cactáceas, pues se estima que el País alberga hasta 850 especies de estas plantas, de acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Del total, 27 están en peligro de extinción por motivos como su extracción ilegal para venderlas con fines decorativos y la destrucción de su hábitat, según la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).

Aprovecha el Día Nacional de las Cactáceas, celebrado cada 10 de octubre, para conocer cinco especies que peligran en el territorio nacional.

Una de las especies más comercializadas a nivel mundial es esta (Kroenleinia grusonii), conocida también como barril de oro, barril dorado o espina de oro. Alcanza los 80 centímetros de diámetro y llega superar un metro de altura, se detalla en la plataforma EncicloVida de la Conabio.

Su nombre común se debe a que los ejemplares adultos son suficientemente grandes como para utilizarlos como asientos, apunta Javier Mera Blog. Se dice que durante la Revolución Mexicana algunos soldados obligaban a mujeres a sentarse sobre dicha planta para que revelaran el paradero de sus hijas o nietas, por lo que se lastimaban con sus espinas de hasta 5 centímetros de longitud.

La apariencia de esta especie (Mammillaria herrerae) causa que algunas personas la llamen bola de estambre o bolita de hilo. Mide 3.5 centímetros de diámetro. Se distingue por sus areola (áreas donde se desarrollan las espinas), dado que cada una puede contener más de 100 espinas, indica la Profepa.

Es microendémica de un municipio de México: Cadereyta, en Querétaro, así que es muy rara. Es buscada para recolectarla ilegalmente con fines de comercio nacional e internacional porque es apreciada por coleccionistas.

Nombrada también como orejitas, esta especie (Ariocarpus scaphirostris) mide de 4 a 9 centímetros de diámetro, se lee en EncicloVida. Su rasgo más característico es que unas partes del tallo apenas sobresalen del suelo y tienen formas triangulares, de manera que son similares a las orejas de un conejo.

A diferencia de otras cactáceas, carece de espinas. Otro atractivo son sus flores de colores magenta a púrpura rojizo de hasta 4 centímetros de ancho. Llega a ser recolectada de forma ilegal, lo que ha reducido sus poblaciones en el único estado donde habita: Nuevo León.

Se caracteriza esta especie (Astrophytum caput-medusae) por contar con tubérculos cilíndricos de hasta 19 centímetros de longitud de consistencia suave, señala EncicloVida. Tal aspecto recuerda al personaje griego Medusa, conocido por su cabellera compuesta por serpientes escamosas y grandes, según World History Encyclopedia.

Los tubérculos están cubiertos por tricomas de color blanco grisáceo, que son "pelos" diminutos con la función de defender a las plantas contra los insectos y proveerlas de sombra, establece la Universidad de Florida.

Varios son los nombres comunes de esta especie (Aporocactus flagelliformis), entre los cuales destacan cola de iguana, cola de rata o ratón, así como flor cuerno o floricuerno debido a la apariencia de su tallo flexible, que crece como enredadera, comparte el Instituto Mexicano de Fauna, Flora y Sustentabilidad Social.

Cada uno de sus tallos cilíndricos llega a medir hasta 2 metros de largo y 2 centímetros de diámetro. Sus flores también son llamativas gracias a que presentan una coloración que va del rojo carmesí al rosa purpúreo, señala la Profepa.