Originaria de Morelia, Michoacán, esta chef ha viajado por muchos lugares para ofrecer mejores sabores. Todo comenzó hace más de 10 años cuando se fue a la Ciudad de México, luego a Guadalajara y a Ensenada; el siguiente peldaño en su formación fue el restaurante Boragó, en Chile, L'Effervescence en Tokio y Vespertine en Los Angeles, California. También se mudó a Copenhague para trabajar en Sánchez, restaurante de Rosio Sánchez, y más tarde a Nueva Zelanda y a Seúl. En cada lugar se enamoró de algo: vinos, fermentos y técnicas.
Hace un par de años, cuando decidió quedarse en la CDMX, llegó Plonk a su vida.
En este wine bar, recomendación Michelin, ella hace gala de su talento combinando lo mexicano con toques asiáticos, mientras que su socia Romina Argüelles completa la experiencia con maridajes perfectos.