El leer este estudio pensé que ojalá y fuera así de sencillo alargar nuestra vida, de acuerdo con la cantidad de alimentos que ingerimos, ya que hay estudios que indican que el comer menos alarga nuestro tiempo de vida; sin embargo, hay otros que nos indican que el vivir más no solo es cuestión de cuánto comes, también entran en juego factores como la resiliencia que tiene nuestro cuerpo al enfrentar el comer menos y la genética que nos han heredado nuestros padres (Crédito: Mike Ellis/NY Times).