La elección de funcionarios judiciales anticipa un auténtico desencanto, incluso para los defensores más entusiastas de las reformas impulsadas por la Cuarta Transformación. La complejidad logística y operativa de votar entre 5 mil 379 candidaturas, únicamente del Poder Judicial de la Federación, sumadas a las correspondientes en la justicia local, además de las legislativas, municipales y de gobernador, revela la magnitud del despropósito.