"La fisioterapia promueve potenciar la capacidades fisiológicas del paciente, es decir, las naturales, lo que ayuda a ser independiente en la práctica de sus hábitos saludables", explica la especialista García De la Rosa.
Un fisioterapeuta sugiere ejercicios adaptados a las necesidades de cada persona para que se practiquen continuamente en la vida diaria.
Esto les ayudará a moverse mejor, lograr hacer actividades con menos esfuerzo y tener mayor calidad de sueño y mejor digestión, entre otros beneficios.
Esos pequeños cambios dependen de cada persona y no de un externo o de un medicamento.
De igual forma, la visita periódica al fisioterapeuta potenciará mejores resultados.
"Una persona que asiste a una sesión de fisioterapia debe sentir cambios desde la primera sesión, porque durante la intervención recibirá técnicas pasivas o activas que generan cambios en su condición actual", señala la fisioterapeuta García De La Rosa.
"Podría sentir que se puede mover mejor, menos dolor, mayor estabilidad, más facilidad para realizar algunas actividades, relajación o simplemente más energía".
La intervención fisioterapéutica ofrece la oportunidad de potenciar capacidades funcionales utilizando los recursos naturales del cuerpo.
"Al movernos integramos funciones del sistema nervioso, circulatorio, cardiovascular, endocrino y músculo esquelético para que seamos capaces de realizar nuestras actividades de vida diaria con mayor facilidad y disfrute", recalca la especialista.
- Escucha las necesidades de cada persona y lo que desea mejorar.
- Realiza tratamientos y abordajes personalizados. No repite recetas de tratamientos iguales para todos los pacientes.
- Integra a su paciente de manera activa en el tratamiento, lo responsabiliza. El fisioterapeuta guía y acompaña el proceso, pero la intervención activa del paciente es esencial para lograr cambios.
- Estudia y aprende constantemente.
- Sabe cuál es su alcance profesional y, si el paciente necesita de otro especialista, lo refiere oportunamente.