OPINIÓN

Con poco respeto

Guadalupe Loaeza EN MURAL

4 MIN 30 SEG

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Con poco respeto, señor Presidente, ¡ya basta! Ya basta de sus agresiones, ataques, mentiras y rollos en los que usted mismo se mete y después le cuesta trabajo salir. Todo esto dirigido a la prensa; no hay día o semana que no señale públicamente, en sus mañaneras, a un periodista, ayer lo hizo por enésima vez contra una de las periodistas más vistas y escuchadas de nuestro país y me dije: "Si agrede con tanta enjundia y veneno a Carmen Aristegui, es porque él reconoce que ella tiene mucho poder de lo contrario ni la mencionaría". Es tan evidente su actitud, señor Presidente, que hasta resulta ridículo. Algo me dice que, últimamente, usted se siente muy vulnerable. Se le percibe nervioso, enojado y cada vez más intolerante. Yo diría que hasta se siente muy aislado. ¿Verdad que usted sabe que los que lo apoyan y elogian son una bola de lambiscones que lo que más temen es perder su chamba? Con poco respeto, señor Presidente, pero usted se parece cada vez más a los priistas de antaño. Si usted suele echarle constantemente la culpa de todos los males del país a los de antes, es como si se estuviera echando la culpa a sí mismo; tanto se parece a ellos. Me temo que usted ha cambiado, desafortunadamente, para mal. Incluso su físico lo traiciona (también el timbre de su voz), no es cuestión de edad, es cuestión de los demonios que lo acosan interiormente. En la revista Proceso de esta semana, aparece una fotografía, en la página 23, que lo muestra con un rictus de disgusto, que habla por sí mismo. Es un gesto de maldad y desprecio sumamente llamativo. Su mirada es de una especie de venganza mal contenida. "¿A quién estaría mirando con esa ansia de fulminarlo o fulminarla?", me pregunté angustiada. En el momento en que le tomaron la fotografía estaba hablando la secretaria de Energía, Rocío Nahle, sin embargo ese desdén tan obvio no parecía estar dirigido a la oradora en cuestión. Para mí, que no se aguanta ni usted mismo. ¿Por qué anda usted tan molesto? ¿Quién cree que le hace tantos feos? ¿Quién le derrama la bilis y quién lo hace enojar de tal manera? Le puede hacer daño tanta muina. Sereno, señor Presidente. Tranquilo. Le aconsejo que no sea usted tan transparente frente a sus adversarios. Ya no se ande peleando con todos. No le conviene. Es evidente que no le gustaron los resultados de la consulta de Revocación del Mandato. ¿A poco de veras creía que iba a votar el 40% requerido para que fuera vinculante el ejercicio? Ja-ja-ja, no me haga reír... Llegaron bien poquitos... ¿Por qué Morena no consiguió más camiones? Llámeles la atención a esos muchachos... Pero no se enoje, señor Presidente, hay que cuidar la vesícula y por si acaso... el corazón, pero sobre todo la investidura.