OPINIÓN

Cuestión de orgullo

Mario Castillejos EN MURAL

MIN SEG

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"El porvenir pertenece a aquellos que no están desilusionados". George Sorel, Normandía, Francia, 1847-1922.

Por tercera ocasión en los últimos 10 años, los Tigres están a 180 minutos del título.

A principios de mayo del 2010, tan pronto se anunció el regreso del ingeniero Alejandro Rodríguez a la presidencia de los Tigres y con él la reincorporación del "Tuca" Ferretti a la dirección técnica del equipo, con Miguel Ángel Garza en la gestión deportiva, yo me pregunté: ¿qué pretende el caprichoso destino juntando a estos tres personajes por segunda vez?

Año y medio más tarde, cuando hoy sólo queda un obstáculo llamado Santos, me queda claro que el único propósito que los unió está muy cerca de concretarse.

Siendo exageradamente franco, las posibilidades de que estos Tigres terminen levantando la copa son escuetamente mayores a las de su rival. Pero independientemente de lo que pase en los siguientes dos partidos, hoy todos los aficionados Tigres deben sentirse orgullosos por tener un equipo que, con sello propio, los dignifica en la cancha.

En este plantel que preside el "Virrey" Alejandro Rodríguez, pero que dirige el "Tuca" Ferretti, podemos destacar que ningún jugador se cree más importante que el resto; que desde el vestuario se prioriza el juego colectivo; que las decisiones de todos los jugadores están supeditadas a un objetivo común. Y que en la cancha, los movimientos de un jugador sólo son válidos si benefician al resto.

Estos Tigres, a diferencia de otras ediciones, construyen su futbol entre líneas de 10 a 15 metros de distancia, sabedores de que si estiran las líneas para culminar cuanto antes la jugada tendrían menos control en el juego, provocando un parado impertinente.

En el equipo de Ferretti, en teoría, cada pase, cada movimiento, tiene como propósito el finalizar la jugada en gol, saque de portería o de banda, pero siempre con la ventaja para reorganizase.

Si usted ve que la pelota termina en los pies de un rival, de manera inequívoca, el berrinche en la zona técnica se hace presente.

Los Tigres tocan el balón para mantener la posesión, pero son los pases entre líneas los que quiebran a los rivales.

Desde mi perspectiva, estos Tigres tienen dominio pleno del juego cuando presionan tras perder la pelota y así evitan que les armen un contragolpe.

En definitiva, la manera como ataca condiciona su manera de defender y por causa y consecuencia condiciona el juego del contrario.

Un equipo que juega como lo intentan los Tigres siempre estará más cerca de ganar que de perder. ¿No cree usted?

PD. "La peor derrota de una persona es cuando pierde su entusiasmo". H.W. Arnold.

Lo escrito, escrito está.

 

castillejos@elnorte.com