OPINIÓN

Duro golpe

DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Catón EN MURAL

3 MIN 30 SEG

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Desde siempre he dedicado los domingos a narrar cuentos de humor. Con eso pretendo hacer que mis cuatro lectores descansen del comentario político que a diario inficiona esta sección, y reposar yo mismo de tan fatigoso y generalmente enfadoso menester. Hoy, sin embargo, no hay lugar para la ligereza o la futilidad. Considero que la irracional y caótica elección, si así puede llamarse al anárquico y manoseado proceso que se llevará a cabo este día, significa un duro golpe a la esperanza de que nuestros hijos y nuestros nietos vivan en un México más libre, más democrático y más justo. Pienso que a partir de hoy se aleja la posibilidad de que este país sea un ámbito en el cual se viva con la tranquilidad de saber que las garantías individuales son objeto de respeto, que el gobierno admite los frenos y contrapesos que derivan de la división de poderes, y que en la nación existe un régimen de derecho en el cual predominan el orden jurídico y las instituciones encargadas de aplicarlas. A partir de hoy el ciudadano quedará en manos de un sistema que pone al Estado por encima de la persona, y que usa sus recursos y su fuerza para someterla. Es cierto: durante 70 años estuvimos bajo una dictadura de partido, pero era una dictadura por lo general benévola, que sólo abandonaba su benevolencia al sentirse amenazada. Bajo ese sistema, pese a todos sus vicios y defectos, México prosperó en lo material; se permitió que las fuerzas opositoras conquistaran espacios detentados por el oficialismo, y los ciudadanos lograron avances en el terreno de la libertad y de la democracia. Todo eso ha ido desapareciendo bajo el mandato de la arrogantemente llamada 4T. La desquiciada elección judicial de hoy da el cerrojazo al sistema republicano, y lo convierte en otro con claras tendencias dictatoriales semejantes a las existentes en varias naciones de América Latina donde la tiranía de un solo hombre o un solo partido prevalece sobre los ciudadanos. Quienes hoy participen en cualquier forma, plausible o reprobable, en la elección judicial, lo harán movidos por el capricho de un solo individuo, Andrés Manuel López Obrador, quien al impulso de su ambición de poder urdió el modo de acabar con un poder constitucional que refrenaba sus acciones y ponía coto a sus excesos. Esta elección es lodo de aquellos polvos. Si Claudia Sheinbaum no estuviera limitada por las amenazas y ataduras que le dejó AMLO, habría podido salvar a México de esa acción a todas luces nociva e improcedente. Por desgracia ella misma se ha declarado continuadora de la política de su antecesor. La misión de la Presidenta parece consistir en poner un segundo piso a la 4T en vez de buscar por sí misma, con su propia ideología, su propio pensamiento y su propio estilo de gobernar, el bien de México. La amañada farsa que el régimen llevará a cabo hoy representa en lo que hace a la Federación el acabamiento del Poder Judicial como entidad independiente y capaz de limitar al Ejecutivo. Es increíble el daño que un solo individuo puede hacer a toda una nación. La sombra de López señorea aún sobre el país y lo sigue dañando, porque es en verdad el poder frente al trono, tan evidente se mira la sumisión que ante sus dictados muestra la Presidenta, incapaz de darle nuevo rumbo al país y librarlo de los riesgos en que su antecesor lo puso. Hemos caído en manos de una camarilla sujeta al arbitrio de aquel demagogo que sólo aparentemente hizo entrega del poder, pero que en verdad lo ejerce aún. Lo que se hará hoy es porque él quiso que se hiciera. Día de luto es éste para México... FIN.