Afinales del siglo XVI el misionero jesuita Matteo Ricci arribó a China. Llegó con la intención de solventar y refundar los esfuerzos de la Compañía de Jesús por misionar dentro de este imperio, el cual se encontraba bajo el reinado de la dinastía Ming. Con una alta maestría en cartografía, Ricci logró abrir diálogo con los gobernantes al mostrarles mapas europeos. Estos exhibían el nuevo y completamente ajeno para ellos continente americano.