OPINIÓN

El dilema de Alfaro

David Gómez-Álvarez EN MURAL

3 MIN 30 SEG

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
El horario político del país se adelantó un año. La sucesión presidencial se decidirá a finales del verano, cuando sabremos el nombre de quien sucederá a López Obrador. Todos los análisis de prospectiva política y encuestas electorales dan por descontado que Morena refrendará su triunfo en las urnas. Lo que está a discusión no es qué partido o coalición ganará, sino con qué candidato competirá el oficialismo: Claudia Sheinbaum o Marcelo Ebrard. El resto de las "corcholatas" obtendría boleto de reintegro en la llamada Cuarta Transformación. De forma magistral, López Obrador controla todos los hilos de su sucesión. Su fuerza política le permite no sólo conjurar el fantasma de la ruptura, sino repartir cargos a todos los aspirantes, incluido un espacio en el próximo gabinete, que se supondría que ya no le correspondería.