El endeudamiento que viene
Gabriel Farfán Mares EN MURAL
4 MIN 00 SEG
Será el último jalón, la última y nos vamos. Así describió la decisión de incrementar en niveles no vistos la deuda pública el Secretario de Hacienda y Crédito Público hace unos días. Con aprecio a su persona, pero creo que es la posible antesala de una tormenta perfecta. Lo que nos dicen los datos de la Secretaría es que entre 2018 y 2024, la deuda interna neta en millones de pesos del gobierno federal se habrá duplicado, la primera vez desde los convulsos años ochenta (el coeficiente que resulta de compararla con el PIB es no sólo tendencioso, sino peligroso). El monto de incremento de deuda externa finalizará el 2024 con el mayor aumento desde que se tiene registro en un sexenio, inclusive por encima del anterior, cuando se experimentó el colapso de los precios del petróleo en 2014 y Pemex quebró en medio de una fallida reforma energética. En efecto, ha sido largamente ignorado que desde el inicio de este gobierno las empresas públicas, entre ellas Pemex, han contratado deuda externa de corto plazo de manera reiterada, algo también inédito en muchos años. Pero aunque Pemex sigue en terapia intensiva no es el principal problema. Nunca en la historia se ha solicitado al Congreso un máximo de endeudamiento del país, en pesos y en dólares, como el reciente (casi 2 billones y 18,000 millones, respectivamente). No es una decisión en presente, es una decisión en futuro pues se comprometen generaciones por venir. Nunca pediremos tanto dinero para pagar sueldos y salarios e intereses.

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