La colindancia entre octubre y noviembre nos obliga a pensar en el más allá y en lo que hay que transitar para alcanzarlo. El ensamble de meses inicia con la importada celebración de Halloween y nos lleva hasta la celebración del Día de Muertos, pasando en el intermedio por el católico Día de Todos los Santos, en un paquete anual de solo tres días. ¿Será casualidad gregoriana producto del azar o se trata de una parodia premeditada, escrita en tres actos para llevarnos al teatro?