En medio del análisis sobre la el incremento del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a bebidas azucaradas y las políticas para promover hábitos saludables, tres especialistas en nutrición, salud metabólica y regulación alimentaria coincidieron en que los edulcorantes no calóricos son una herramienta útil y segura para reducir el consumo de azúcar.
Hugo Laviada, endocrinólogo e investigador médico; Ana Marcela Rodríguez, directora de Temas Científicos y Regulatorios de la Alianza Latinoamericana de Asociaciones de Alimentos y Bebidas (ALAIAB), y Laura Miranda, coordinadora regional para América Latina de la Asociación Internacional de Edulcorantes (ISA), abordaron el papel de estos ingredientes en la salud pública y su relevancia ante el contexto regulatorio actual en México.
Una opción para elegir y equilibrar la dieta
Laura Miranda explicó que los edulcorantes no calóricos -también conocidos como sustitutos de azúcar- proporcionan el sabor dulce pero sin ninguna caloría o muy pocas. Subrayó que se trata de aditivos alimentarios ampliamente estudiados y evaluados por organismos internacionales como la FAO y la OMS, los cuales han determinado niveles seguros de consumo para todas las edades.
"Los edulcorantes no calóricos son los ingredientes de aditivos más exhaustivamente investigados bajo rigurosas pautas por organismos internacionales independientes."
La experta detalló que estos compuestos se utilizan en una amplia gama de productos, desde bebidas, confitería y lácteos, hasta artículos de higiene bucal y medicamentos. "Nos proporcionan este sabor dulce pero con la gran ventaja de que no tienen azúcar", aseveró.
Miranda subrayó que los edulcorantes han sido esenciales para la innovación en la industria alimentaria, al permitir reducir el contenido de azúcar en alimentos y bebidas sin sacrificar el sabor, y ayudar a las metas de política pública para combatir sobrepeso y obesidad.
Perspectiva científica: evidencia sólida y análisis riguroso
Desde el ámbito académico, el Dr. Hugo Laviada ofreció una visión científica sobre la composición y seguridad de los edulcorantes no calóricos. Explicó que bajo ese término se agrupa un conjunto de sustancias diferentes, de moléculas y aditivos diferentes, que tienen en común que saben dulces, pero cada uno tiene estructuras y procesos de metabolismo distintos.
Aclaró que, si bien existen estudios con resultados diversos, los ensayos clínicos controlados -considerados el nivel más alto de evidencia científica- no muestran que los edulcorantes provoquen aumento de peso ni alteraciones metabólicas.
"Con pequeñísimas cantidades, con miligramos, obtenemos el dulzor que con varias cucharadas de azúcar... Al utilizarlas en dosis muy bajas, no generan efectos adversos en el organismo cuando se consumen dentro de los límites recomendados."
El endocrinólogo detalló que parte de la controversia surge por la diferencia entre los estudios experimentales y los observacionales, estos últimos sujetos a sesgos poblacionales. Apuntó que el problema del estudio observacional es que los consumidores y los no consumidores no son iguales: "Cuando utilizamos poblaciones iguales en los ensayos clínicos aleatorizados, prácticamente no se ha encontrado ningún estudio que demuestre incremento de peso o de azúcar".
En ese sentido, recordó que diversas asociaciones internacionales -como la Americana, la Europea y la Canadiense de Diabetes- consideran que los edulcorantes no calóricos son una alternativa útil para sustituir el azúcar en personas con diabetes o que buscan mantener un peso saludable.
La importancia del equilibrio y la libertad de elección
Para Ana Marcela Rodríguez, el debate sobre el consumo de azúcar y el uso de edulcorantes debe centrarse en la educación alimentaria y la libertad de elección.
La especialista recalcó que el azúcar está presente de manera natural en muchos alimentos y no debe considerarse el único responsable de los problemas de salud pública. "Tenemos que recordar que cuando comemos azúcar no solo pensemos en la cucharada que nos servimos, sino en la fruta que comemos; en muchos de los alimentos que estamos comiendo tenemos indirectamente también el azúcar", puntualizó.
Rodríguez advirtió además sobre el impacto económico que podría tener gravar con el IEPS a las bebidas con edulcorantes no calóricos, medida actualmente en discusión en México.
"Va a tener un impacto en el costo de las bebidas con edulcorantes... Representa, sobre todo para ciertas poblaciones vulnerables como los diabéticos, un costo adicional si los quieren adquirir."
Una herramienta para fomentar el autocuidado
Los tres especialistas coincidieron en que los edulcorantes no calóricos no deben verse como una solución mágica, sino como una herramienta dentro de un estilo de vida equilibrado, en el que la educación alimentaria y la moderación son clave.
El sabor dulce genera placer y puede llevar a conductas de consumo excesivo, señalaron. Reiteraron que el reto no es eliminar el azúcar por completo, sino moderarlo, y los edulcorantes no calóricos pueden ser una alternativa, pero requiere de un proceso de educación en donde las personas en libertad definan, con conocimiento, lo que consumen.
En un contexto donde los impuestos y la regulación buscan incidir en los hábitos de consumo, los expertos coincidieron en que la ciencia, la educación y la libertad informada deben guiar las decisiones.