OPINIÓN

Faena de epidemiócratas

TRANSVERSAL / David Gómez-Álvarez EN MURAL

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Rectificar en política es muy costoso. Por eso los políticos rara vez reconocen sus errores. Hace apenas una semana, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, tuvo que dar marcha atrás al polémico botón de emergencia: un dispositivo para el cierre total del estado que él mismo amagó con activar si se cumplía cualquiera de las dos condiciones autoimpuestas: que se rebasara el 50 por ciento de la capacidad hospitalaria o que la tasa de incidencia semanal por fecha de inicio de síntomas superara los 400 casos por millón de habitantes. Al rebasarse el segundo criterio, el gobernador rectificó a tiempo: eufemísticamente "reestructuró" el botón para frenar en seco, que habría sido un duro golpe para la economía del estado. Optó, en cambio, por una serie de medidas intermedias que permitieron conciliar lo que por momentos parece irreconciliable: la salud y la economía.