En México, el Día de Muertos invita a reflexionar no solo sobre el recuerdo de quienes ya partieron, sino también sobre cómo queremos trascender dejando un legado seguro y claro para quienes amamos. La planeación patrimonial es un acto de amor que evita conflictos y asegura que el patrimonio sea gestionado adecuadamente. Dos herramientas legales para esto, son la herencia y la donación con usufructo, las cuales deben considerarse según las circunstancias familiares y los bienes a transmitir.
¿Qué es la herencia y cómo funciona?

La herencia es la transferencia de bienes tras el fallecimiento, mediante un testamento, el cual establece la última voluntad del causante para evitar disputas familiares. Es un acto jurídico personal, revocable y libre, mediante el cual una persona (el testador) dispone de sus bienes para después de su muerte.
En México existen diferentes tipos de testamentos, entre ellos el testamento abierto, que se realiza ante notario, el testamento cerrado y el testamento ológrafo, redactado de puño y letra por el propio testador.
Los costos varían según el tipo y la entidad federativa, oscilando generalmente entre 800 y 5 mil pesos. Existen campañas como el "Mes del Testamento" que ofrecen descuentos de hasta el 50 por ciento para fomentar esta práctica.
Sin embargo, hacer cumplir un testamento, muchas veces, puede implicar procesos judiciales largos y costosos debido a la saturación de los juzgados. Los notarios ofrecen una vía más rápida en casos sin conflictos ni menores.
"Los procesos sucesorios en juzgados saturados pueden extenderse por años, generando costos y desgaste familiar. En cambio, al acudir con un notario, estos trámites se resuelven en meses si no hay conflictos o menores involucrados", señaló José Rodolfo Chávez, notario público número 38 en Zapopan.
¿Qué es la donación con usufructo y cuáles son sus ventajas?
La donación con usufructo permite transferir la propiedad de un bien a otra persona, pero el donante conserva el derecho a usar y disfrutar ese bien durante su vida, conocido como usufructo vitalicio. Esto significa que puede vivir en la casa, alquilarla o recibir beneficios del bien mientras conserve este derecho.
"Yo haría una donación a mis hijos y me reservaría el usufructo vitalicio para que mientras uno viva, no se dispongan los bienes sin consentimiento. Esto protege a la familia y mantiene el disfrute del bien en vida", señaló el notario.
Costos, impuestos y consideraciones legales
Los juicios sucesorios intestamentarios, necesarios si no hay testamento, pueden costar entre 20 mil y 100 mil pesos o más. En contraste, la donación con usufructo tiene un costo notarial aproximado del 5 por ciento del valor del inmueble y un impuesto municipal menor de entre 2 y 2.5 por ciento, sin pago de impuestos sobre la renta ni IVA en donaciones entre familiares directos.
"El trámite del testamento es más caro y complicado debido a los diferentes tipos y costos, además de los gastos judiciales. En cambio, la donación con usufructo es más ágil, con menores costos y sin impuestos sobre la renta o IVA. Protege al donante y sus bienes mientras viva", aclaró el notario.
Requisitos y camino para hacer testamento o donación con usufructo
Para realizar cualquiera de estos actos legales, es necesario acudir con un notario público acompañado de la persona con quien se desea pactar la donación o, en el caso del testamento, simplemente el testador. Los requisitos básicos incluyen:
+Ser mayor de edad.
+Presentar identificación oficial vigente y acta de nacimiento.
+Si aplica, acta de matrimonio o divorcio para precisar régimen conyugal.
+Copia simple del bien inmueble (en caso de donación o enajenación).
+Pago de los derechos notariales correspondientes.
El notario guía en cada paso, aconsejando sobre el tipo de acto más conveniente para cada caso y asegurando la legalidad y validez del documento.
La cultura testamentaria en México

Solo el 4.7 por ciento de los adultos tiene testamento formal, según el Registro Nacional de Testamentos, lo cual muestra la necesidad de fortalecer la cultura de la planificación patrimonial para evitar disputas y desgastes familiares.
"Planear nuestro patrimonio es el acto más grande de amor y responsabilidad. Dejar un legado que trascienda es garantizar un futuro ordenado para quienes amamos", concluyó el notario.
Cada persona conoce a su familia y debe elegir la opción que mejor evite conflictos y preserve el legado, reconociendo los intereses y capacidades de sus miembros para cuidar el patrimonio. Muchas veces quienes poseen bienes piensan que nunca partirán, pero la realidad es otra, por lo que planificar es vital.
"Cada quien debe decidir según su familia, identificando quién tiene interés o capacidad para cuidar el legado. Reconocer que nadie es inmortal nos obliga a planificar para evitar problemas futuros", recomendó Chávez.
La planificación es un acto fundamental para garantizar que nuestro patrimonio se transmita de manera ordenada, eficiente y acorde a nuestra voluntad, especialmente en un contexto familiar donde cada situación es única. En definitiva, planear el futuro de nuestros bienes es un acto de responsabilidad y amor que asegura la tranquilidad y el bienestar de las generaciones que nos seguirán.