OPINIÓN

IA: nuestro espejo

Eduardo Caccia EN MURAL

4 MIN 00 SEG

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Prometeo robó el fuego a los dioses y lo entregó a los hombres. Aquel acto, heroico y transgresor, marcó un parteaguas simbólico en la relación entre lo humano y lo divino: el conocimiento pasó de ser patrimonio celestial a herramienta de supervivencia y creación. Hoy, en pleno siglo XXI, vivimos una versión moderna de ese mito. La inteligencia artificial -ese fuego digital- ha sido gestada no por dioses sino por ingenieros, pero su carga simbólica es igual de profunda: la inteligencia artificial no es solo una herramienta, es una pregunta quemante sobre lo que somos y lo que evitamos reconocer.