Hablar sobre innovación sin mencionar la estrategia es como intentar construir un castillo de Lego sin instrucciones: puede ser entretenido al principio, pero difícilmente la diversión durará. En los últimos años, la innovación se ha convertido para las empresas en una obsesión; todos quieren innovar, pero pocos realmente saben cómo hacerlo, así lo confirman los altos índices de fracaso reportados. Innovar no se trata únicamente de lanzar nuevos productos o adoptar las tecnologías que se encuentran de moda en el mercado. Se trata de tener un rumbo claro, tomar decisiones conscientes y diseñar soluciones que realmente generen valor al cliente, satisfaciendo o superando sus necesidades, de forma óptima.