OPINIÓN

La amenaza

Manuel J. Jáuregui EN MURAL

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En su más puro estilo de bully, Donald Trump hacía una gira el viernes pasado por la Florida, en el Lago Okeechobee, no muy lejos de su mansión de Palm Beach, Mar-a-Lago (por la puerta principal está el Atlántico y por el zaguán tiene al frente el canal de navegación intercostal, o sea sus linderos son "el mar" y "el lago" y se los decimos con conocimiento porque hemos estado ahí, en ese bodrio churriguesco, afortunadamente no con Trump) y desde esa región naranjera lanzó su amenaza A MÉXICO con estas palabras: "¡No estoy jugando, si México no para las caravanas la semana que entra (la que hoy inicia) voy a CERRAR la frontera!".

Agregando: "¡Y NO será por POCO tiempo!".

Dirán ustedes, "¡n'ombre, qué la va a cerrar!".

A lo que les responderíamos: este hombre está tan desequilibrado que es capaz de todo.

La presunta "exoneración" de colusión con Rusia del reporte Mueller le ha resultado ser una inyección de anfetaminas "P" (Poder) y anda desatado sintiendo que puede hacer lo que le dé la gana.

Ustedes y nosotros sabemos que un cierre de frontera causaría un caos inimaginable y que perjudicaría de manera considerable e inconcebible a los DOS países.

Estados Unidos, por lo pronto, se quedaría sin coches, sin alimentos y sin mil cosas más.

Por si son peras o son manzanas, la Casa Blanca anunció, y ya entró en efecto, la "Operación Tortuga".

Esto es, todos los cruces fronterizos serán DEMORADOS, ello quesque porque el personal de Aduanas será reasignando para atender "la emergencia" de las caravanas.

Obvio que este pretexto es puro estiércol de toro (allá le dicen "bullshit") lo que pretende la Casa Blanca, seguramente para aplacar a su infante paciente y ganar tiempo mientras se le pasa el berrinche y lo persuaden que cerrar la frontera con México sería una soberana estupidez y que mejor se coma unos "Milky Ways" conforme con que encontraron una nueva forma, y que es fastidiar a México chantajeando para que resuelva un problema que no es nuestro.

Imaginen ustedes, amables lectores, las larguísimas filas de camiones en los cruces fronterizos, entorpeciendo todo y fregándole la vida a los habitantes de la franja norte, a los exportadores y a los viajantes.

Según datos del US Customs (Aduanas) hay 30.5 millones de cruces diarios, en condiciones normales y en ambos sentidos en la frontera entre México y Estados Unidos.

Si le agregan ustedes 10 minutos de demora a cada uno de esos cruces, que se antoja poco, tendremos el mismo resultado, casi, que un cierre total: caos con un incalculable impacto comercial negativo para ambos países.

Independientemente de lo que se piense sobre la forma ("consulta" de plaza al pueblo sabio) en el que nuestro Presidente arribó a la decisión de no responder a las reiteradas y constantes agresiones de Trump puede que tenga razón, y quizá no desde el punto de vista diplomático, pero sí casi seguramente desde la perspectiva psicológica, todos sabemos que la peor respuesta que se le puede dar a un niño berrinchudo es hacerle caso.

De manera que con Donald Trump, que por su comportamiento se asemeja mucho a un infante chillón, quizás la mejor respuesta es ninguna.