Cristina estudia derecho, es provida, quiere defender a los niños no nacidos. Al mismo tiempo está preocupada y comprometida activamente en la causa de la mujer. Tiene unas dudas que resulta oportuno compartir, especialmente ahora, cuando la causa provida ha ganado una batalla en México, pero no la guerra, pues aquellos empeñados en legitimar el "derecho" a matar a los niños en el vientre de su madre, como requisito indispensable para reconocer la "dignidad de la mujer", son inasequibles al desaliento.