OPINIÓN

Cuando los problemas empiezan a juntarse, se vuelve difícil, si no imposible, eludirlos. Por eso estamos en medio de una "calma chicha"

Liderazgo

Luis Rubio EN MURAL

4 MIN 30 SEG

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Todos los presidentes comienzan su sexenio seguros de que transformarán al país (o, en este caso, continuarán una supuesta transformación) y construirán los cimientos de un gran futuro. Tarde o temprano, casi todos acaban enfrentando la triste realidad de que sus errores fueron mayores que sus aciertos y que sus ambiciones no empataron con los programas que de hecho implementaron. No todos acaban mal: cuando enfrentan los inevitables desafíos que se van presentando de manera inexorable, algunos reconocen el riesgo y actúan de manera decidida y trascendente. Mucho antes de enfrentar el juicio de la historia, cosa que generalmente ocurre en el séptimo año o incluso mucho después, todos tienen la oportunidad de alterar el camino que habían emprendido para construir algo enteramente distinto. Son esos momentos los que determinan su devenir.