OPINIÓN

MÉXICO MÁGICO / Catón EN MURAL

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Don Francisco Aguirre González estaba una tarde en la Alameda de Saltillo, meditando, cuando de pronto se sintió arrebatado por una fuerza extraña que lo subió allá arriba, muy arriba, tan alto que pudo ver el globo terráqueo del tamaño de una pelota de ping-pong.