OPINIÓN

MIRADOR / Armando Fuentes Aguirre EN MURAL

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Jean Cusset, ateo con excepción de la vez que vio en el Ermitage "El hijo pródigo", de Rembrandt, dio un sorbo a su martini -con dos aceitunas, como siempre- y declaró: