Qué lindo es ver a un equipo jugar bien al futbol, ver como la pelota pasea por los rincones de la cancha con toques de primera intención y dominios de balón orientados, pasadas por las espaldas, centros al área que parecen colocados con la mano y definiciones perfectas, mientras que su adversario se ve perdido, corriendo atrás del esférico sin éxito alguno y poco a poco hundiéndose en su propia desesperación.