Pasamos de ser sólo madres a no madres

Siempre ha existido, fomentado por el poder público, los medios e incluso el mercado, una "mística de la feminidad", un modelo que la mujer debe tomar como referente para existir socialmente y ser considerada mujer de éxito. Antes de los 60, ese patrón consistía en ser una madre y esposa perfecta. Una mujer "devorada" por la vida del hogar, pero muchas veces frustrada en su parte erótica y profesional. Con los años, el paradigma ha cambiado radicalmente por el de la mujer "devorada" por la vida profesional, desconectada de su parte materna y exacerbada en su parte erótica.