Polarización

Franklin D. Roosevelt, considerado por muchos historiadores como el mejor presidente de Estados Unidos, tenía una particular manera de llevar las discusiones dentro de su gabinete. Al exponer una problemática, el Presidente escuchaba detenidamente la perspectiva de cada miembro y se mostraba completamente de acuerdo con el punto de vista particular. Lo cual resultaba paradójico, porque muchas de estas individuales propuestas divergían y chocaban entre sí. Pero cuando el Presidente tomaba la decisión final, cada miembro de su gabinete se sorprendía porque no tomaba el camino que previamente había acordado. Detrás de su locura, había un método. Roosevelt entendía que no había nada más desalentador para la perspectiva individual del consejero que saber la visión del Presidente. Al saberla, automáticamente se tenderían a inclinar hacia ésta y perderían la rica e importante perspectiva individual. La exhaustiva búsqueda por tener un diverso y profesional gabinete fue un valioso sello dentro de su Presidencia.