Pueblo sabio desesperado

Que yo recuerde nunca las protestas campesinas y de transportistas habían llegado a tales niveles como en estos tiempos. Cuando está en riesgo nuestra vida, claro que se justifica luchar con cualquier medio para protegerla. En el caso de los transportistas no solo defienden su vida, también están defendiendo su trabajo o su negocio del que viven sus familias. En el caso de los campesinos, me llama la atención el contraste de las actitudes del Secretario de Agricultura, Julio Berdegué, y la de la Secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez. El Secretario en una expresión seria de preocupación e impotencia porque me resulta claro que él si conoce el problema y sabe que los campesinos tienen la razón, y que lamentablemente carece de facultades y recursos para resolver el problema, sometido a la narrativa política de la Secretaria de Gobernación, no le queda otra alternativa que su pesadumbre. Rosa Icela, belicosa argumentando que el diálogo está abierto y que por lo tanto no hay justificación para las movilizaciones. ¿Habrían seguido éstas si los campesinos hubieran visto la posibilidad de resolver sus problemas? Cuando las posiciones son irreductibles el diálogo es inútil.