Entre muros y columnas de madera recuperada, la Casa de la Cultura se reafirma como un faro de identidad, arte y resiliencia en el Istmo de Tehuantepec. Crédito: Cortesía RootStudio
Se utilizaron maderas locales como chicozapote, coralillo, amargoso, fierrillo y huanacaxtle, seleccionadas por su resistencia y durabilidad. Crédito: Cortesía RootStudio