"El Presidente cree que su poder es absoluto. Pero en Estados Unidos no tenemos reyes y no cederemos ante el caos, la corrupción y la crueldad", afirma el movimiento "No Kings" ("No a los Reyes"), que reúne a unas 300 organizaciones, en su sitio web.
Los organizadores esperaban que millones de personas acudieran a concentraciones en grandes ciudades, pueblos pequeños y algunas capitales extranjeras.
"Este Presidente es una vergüenza y espero que hoy haya millones de personas en las calles", declaró Stephanie, una trabajadora hospitalaria de 36 años que no quiso dar su apellido a la AFP en el barrio de Queens, en Nueva York, donde cientos se congregaron a primera hora la mañana.
Los manifestantes llevaban pancartas con lemas como "Las reinas dicen no a los reyes" y "¡Protestamos porque amamos a Estados Unidos y queremos recuperarlo!".
Los manifestantes abarrotaron Times Square, Boston Common, Grant Park y cientos de espacios públicos más pequeños de la ciudad de Nueva York.
Las concentraciones fuera de Estados Unidos fueron frente a la embajada de Washington en Londres, y centenares más en Madrid y Barcelona.
"No hay nada más estadounidense que decir 'no tenemos reyes' y ejercer nuestro derecho a protestar pacíficamente", dijo Leah Greenberg, cofundadora de Indivisible, una organización progresista que es la principal organizadora de estas marchas.
Millones de personas asistieron a las protestas del 14 de junio después de que Trump ordenara el despliegue de tropas en Los Ángeles, una medida que llevó a sus críticos a acusarlo de actuar como un dictador.
Fue el día de manifestaciones más multitudinario desde que el republicano regresó a la Casa Blanca en enero.
En junio, Trump prometió usar una fuerza "muy grande" si los manifestantes intentaban interrumpir el desfile militar en Washington DC.
Desde entonces, amplió el despliegue de tropas en ciudades estadounidenses, lo que ha indignado a sus críticos.
"Dicen que se refieren a mí como un rey. No soy un rey", declaró Trump en Fox News ante las protestas.
Sus principales aliados en el Partido Republicano se mostraron más combativos, y el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, calificó la jornada de protesta como una manifestación de "Odio a Estados Unidos". "Van a reunir a marxistas, socialistas, defensores de Antifa, anarquistas y al ala pro-Hamas del Partido Demócrata de extrema izquierda", declaró.
El congresista demócrata Glenn Ivey rechazó el término "odio" y dijo a la AFP el viernes: "Entiendo por qué están nerviosos y tratan de presentarlo de forma negativa".
"Es realmente una respuesta a lo que han estado haciendo: socavar el país, destruir el Estado de derecho y socavar nuestra democracia", agregó.