OPINIÓN

Rescatar el espíritu olímpico

Mario Arroyo EN MURAL

4 MIN 00 SEG

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
San Pablo conoció el espíritu olímpico, y se sirvió de él para transmitir el mensaje cristiano. Nos dice en la Primera Epístola a los Corintios: "¿No sabéis que en las carreras del estadio todos corren, mas uno solo recibe el premio? ¡Corred de tal manera que lo consigáis!" (1 Cor 9, 24). ¿No encontramos ahí un eco de aquel altius fortius citius (más alto, más fuerte, más rápido) propio de las olimpiadas? No es descabellado pensar que San Pablo haya tenido presente el espíritu olímpico original, pues en su época todavía se desarrollaban estos certámenes en Olimpia, Grecia.