PARA MEDIR la congruencia de la clase política mexicana, haga el siguiente experimento. Asómese a ver qué dijeron senadores, diputados, gobernadores, dirigentes de partidos y funcionarios federales y estatales sobre el fallecimiento de José Mujica. Muy merecidamente, de santo no lo bajan. El detalle está en que muchas de esas personas que lamentaron la muerte del ex presidente uruguayo están muy, pero muy lejos de seguir su ejemplo de verdadera austeridad, pues han encontrado en el erario una mina de oro personal. Por algo el propio Mujica decía: "Los políticos tenemos que vivir como vive la mayoría... y no como vive la minoría". Y a quien le quede el saco, que se lo ponga.