OPINIÓN

Tenencia automotriz

OPINIÓN INVITADA / Juan-Pablo Calderón Patiño EN MURAL

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La SHCP ha barajado el regreso de la tenencia automotriz.

La tenencia no se ha ido del todo y está presente en cobro con subsidios en siete entidades, Guanajuato recientemente la reinstaló.

Dos leyes marco la regularon, la de 1962 y después la que la suplió en 1981, para ser abrogada el primer día del 2012 por el decreto publicado el 21 de diciembre del 2007.

La tenencia que se originó como un impuesto de carácter federal con participaciones estatales regresó al debate público como tanteando el terreno para el 2020, por más que el Presidente de la República diga que no volverá.

¿Por qué el nuevo Gobierno pretende regresar al pago de la tenencia? Porque AMLO descubrió que el mayor reto del Estado mexicano es la crisis fiscal donde "la frazada no alcanza para todos".

Es difícil creer que en más de 12 años buscando el poder en cada rincón del País, López Obrador no haya realizado un diagnóstico real de la crisis fiscal de México, el país con menos recaudación de la OCDE. ¿Cómo tener respuestas al reto si a más de 100 días de gestión están descubriendo el tamaño del boquete?

Ya desde tiempo atrás se cuestionaba el enfoque de la tenencia en una ecuación que estaba al revés: pagan más los vehículos eficientes en energía y respetuosos del medio ambiente y pagan menos los vehículos viejos, contaminantes y que por su antigüedad son un riesgo a la seguridad vial.

Lo que fue para los Gobernadores una "caja chica" topa con dos grandes desafíos: el transporte público y la transición energética.

Se debe recordar que el tema toca al federalismo fiscal y que el IEPS que se implantó al combustible aplicable desde el 2008 llegó a generar más recursos que la propia tenencia. El mecanismo compensatorio al combustible caminó junto a la tenencia hasta el 2011. Los Gobernadores, felices.

Diversos países han adoptado con justicia el principio de "paga más el que utiliza más el coche", que es correlativo al principio de "paga más quien contamina más".

El Presidente AMLO cometería una regresión lamentable si privilegia el viejo molde de la tenencia, suculento plato que el ex Presidente Felipe Calderón "desapareció" del mapa federal, pero que en realidad transfirió como potestad de los Gobernadores.

¿Estaría dispuesto AMLO a cambiar la tenencia por un gravamen automotriz no recaudatorio para dirigirse a la mejora del transporte público y a la investigación en energías renovables respetuosas del medio ambiente? Un cambio de paradigma en ese sentido colocaría a México del lado del futuro.

México está en las grandes ligas del sector automotriz global como cuarto exportador y sexto productor de vehículos, pero su mercado doméstico está en lugar 14.

El debate de la tenencia debe lograr espacios para una política pública y privada de renovación vehicular. No se pretende que haya más vehículos, sino un parque vehicular eficiente y seguro, fortaleciendo los empleos del sector frente a los vaivenes del exterior.

El tamaño del País, la orografía y lo problemático de las arterias urbanas restringen la movilidad ciclista. No es un sueño romántico, sino el peso de la realidad que mandata que tenemos dos vías de movilidad de la mano del aprovechamiento de nuevas formas de energía renovables: desarrollo de un transporte público eficiente y una nueva responsabilidad fiscal en la que participemos con equidad todos los mexicanos.

En la movilidad se debe transitar por nuevos mecanismos de responsabilidad, no con ecos rezagados del ayer.

El autor es internacionalista por la Universidad Iberoamericana.