OPINIÓN

Todas y todos

Paloma Ramírez EN MURAL

3 MIN 30 SEG

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A últimas fechas, me estrello, una y otra vez, contra el llamado lenguaje inclusivo o incluyente (que para el caso se refiere al mismo disparate). Ya no sólo lo oigo de boca de políticos quienes, mediante su uso, pretenden crear una imagen positiva de su persona. Lo encuentro en la calle, en publicidad de casas editoriales y en comunicados de organizaciones civiles. Lo que es más, me he llegado a tropezar con él en mi teléfono, ¡en mensajes personales de WhatsApp!