Un nuevo capítulo...
Guadalupe Loaeza EN MURAL
4 MIN 00 SEG
Muy bien vestida y muy alborotada como estaba a punto de entrar a la residencia de Francia, desafortunadamente en ese preciso momento y por causas de salud, no pude asistir a la ceremonia de bienvenida al presidente de Francia y me tuve que regresar a mi casa. Sin embargo, desde el hospital, donde me vi forzada a internarme en urgencias, seguí paso a paso su viaje relámpago a nuestro país. Vi por la televisión que Macron llegó a suelo mexicano, el viernes en la madrugada, cerca de la una de la mañana donde fue recibido por el secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente. Vi que ambos se saludaron como si hubieran sido viejos amigos. Hacía frío, de allí que el mandatario francés vistiera un abrigo oscuro, como oscura era la camioneta que lo esperaba en el aeropuerto, en medio de grandes medidas de seguridad. Mientras escuchaba a uno de los conductores del noticiario nocturno narrar el difícil trayecto de toda la comitiva hacia su hotel en la colonia Cuauhtémoc debido a que habían cerrado Eje Vial, por lo que tuvieron que tomar las calles de colonias muy complicadas y transitadas. "Ay, Dios mío, por cuántos baches estarán pasando, ¿cómo se dirá 'bache' en francés?", me preguntaba angustiada.

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Descubrió quién es gracias a la escritura y al periodismo. Ha publicado 43 libros. Se considera de izquierda aunque muchos la crean "niña bien". Cuando muera quiere que la vistan con un huipil y le pongan su medalla de la Legión de Honor; que la mitad de sus cenizas quede en el Sena y la otra mitad, en el cementerio de Jamiltepec, Oaxaca, donde descansan sus antepasados. Sus verdaderos afectos son su marido, sus hijos, sus nietos, sus amigos y sus lectores