EN MANZANILLO

El 21 de abril de 2024 un sicario entró a una peluquería de la calle Carrillo Puerto, en Manzanillo, y disparó contra un hombre y la mujer que le cortaba el pelo.
Sólo trascendió el nombre de la estilista, Jennifer Esmeralda Barreto Ruiz, porque murió más tarde en un hospital, pero no el del hombre que era su objetivo. Era un marino, quien logró sobrevivir al ataque.
Poco después, el 6 de junio, Giovany Muñoz Román, Segundo Maestre del 18 Batallón de Infantería de la Armada, fue ejecutado en su domicilio de la Colonia Abelardo L. Rodríguez, en la delegación Santiago del mismo puerto.
Otro ataque, que en principio no parecía estar relacionado, fue la ejecución de Magaly Janet Nava Ramos, Auxiliar "B" de la Delegación de la FGR en Colima, quien fue baleada cuando circulaba a bordo de su camioneta, por la Avenida Elías Zamora Verduzco, el 21 de octubre.
La funcionaria de la FGR era novia del marino Ángel Pérez y tenía una hermana que trabajaba en una Agencia Aduanal en Manzanillo.
Ocho días después, el 29 de octubre, unos sicarios abrieron fuego desde una camioneta contra dos hombres que circulaban en la esquina de las calles 20 de Noviembre y Benito Juárez, en la Colonia Miramar. Uno murió y el otro resultó herido.
El fallecido fue identificado como Josué de la Mora Cobián, un infante de la Armada que también era integrante del 18 Batallón de Infantería ubicado en Colima.
Finalmente, el 8 de noviembre, el Contralmirante Fernando Rubén Guerrero Alcántar fue ejecutado en la Avenida Lázaro Cárdenas, en la Colonia Morelos del puerto.
Guerrero había sido hasta el 30 de junio de ese año el director General de Recaudación de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), cargo en el que despachó 8 meses, y al momento de morir estaba adscrito a la 22 Zona Naval ubicada en Puerto Madero, Chiapas,
En sólo 7 meses, fueron asesinados en Manzanillo tres marinos y dos mujeres relacionadas a ellos. El Contralmirante se convirtió en el miembro de la Armada de más alto perfil en perder la vida en estas circunstancias.
Con base en los registros que recibió de la Fiscalía de Colima, la FGR pudo establecer que por lo menos dos de los crímenes, el de la funcionaria de la FGR y el Contralmirante, tenían el mismo modus operandi.
DENUNCIA... Y LO EJECUTAN

El Contralmirante Fernando Rubén Guerrero Alcántar fue ejecutado casi cuatro meses después de redactar una carta dirigida al entonces Secretario de la Marina, Rafael Ojeda Durán, en la que denuncia a sus sobrinos políticos el Vicealmirante Manuel Roberto y el Contralmirante Fernando Farías Laguna de controlar una red de corrupción en las Aduanas.
La misiva está fechada el 14 de junio de 2024, cuando Guerrero todavía estaba al frente de la Dirección General de Recaudación de la ANAM, en la Ciudad de México.
Fue hasta el cambio de sexenio, cuando el Contralmirante recibió un llamado para presentarse el 10 de octubre a la oficina del nuevo Secretario, Raymundo Pedro Morales, aparentemente en respuesta a su escrito.
Casi un mes después de esa cita lo asesinaron.
Para la FGR, el crimen podría venir del interior de la Marina porque al Contralmirante le autorizaron una licencia ordinaria del 6 al 8 de noviembre para atender asuntos personales y su segundo periodo vacacional del 9 al 25 de ese mes. Y para ello proporcionó a la Armada los lugares exactos de su estancia vacacional en Manzanillo y Mazatlán.
La carta del ex mando relata una trama en la que los Farías, conocidos en la Marina como "Los Primos", controlaban los ascensos, promociones, designaciones y trámites del personal naval en las 14 Aduanas Marítimas.
Y el relevo de mandos, como le sucedió al propio Guerrero, sucedía cuando el director en cuestión no aceptaba el paso de productos de contrabando o cualquier otra ilegalidad.
El Contralmirante señalaba que la red de corrupción liderada por los altos mandos de la Armada, fue conformada entre 2018 y 2024, y se integraba no sólo por marinos, sino también funcionarios y empresarios.
En el texto, relata que el 1 de agosto de 2021 fue designado Subadministrador de Operación Aduanera en la Aduana de Manzanillo, cuyo titular era el Contralmirante Marco Antonio Bandala López.
Guerrero cuenta que desde aquel momento había un marino retirado que fungía como intermediario con el mando naval de la AGAM.
Se refería a Miguel Ángel Solano Ruiz "El Capitán Sol", ante quien denunció posibles actos de corrupción del Contralmirante Bandala.
Guerrero no sabía en aquel momento el verdadero rol que tenía Solano. Su denuncia lo único que consiguió es que a él lo cambiaran de adscripción.
"Aproximadamente, diciembre 2021 y enero 2022, el suscrito detectó actividades sospechosas por parte del Contralm. Bandala, las cuales eran una posible red de influencia con unos Agentes Aduanales y empresarios, informando al Capitán Clímaco (Aldape Utrera) y al Capitán Solano. Los cuales únicamente acusaron de recibido y se logró comprobar que ese informe se lo hicieron de conocimiento al propio Contralmirante Bandala", expone.
"Lo que ocasionó probablemente la nueva comisión del suscrito como Titular de la Aduana de México (Pantaco). Ya que se requería cubrir el puesto debido a que el Contralmirante Ricardo Gutiérrez Ruvalcaba había tenido que ser nombrado Titular de la Aduana del AICM".
Fue en la Aduana de Pantaco donde el Capitán Solano empezó a enviarle 200 mil pesos mensuales a Guerrero como "bono" por su buena administración tanto en Manzanillo como en su nuevo cargo.
El 1 de septiembre de 2022, el Contralmirante fue nombrado como nuevo director de la Aduana de Veracruz y fue allí donde confrontó por primera vez a los mandos de la Marina que presuntamente estaban implicados en el huachicol fiscal.
Al llegar al puerto, Guerrero le comunicó al director de la Administración del Sistema Portuario Nacional (Asipona), el Almirante Retirado Romel Eduardo Ledezma Abaroa, que sus instrucciones eran incrementar la seguridad y recaudación, pero le dejó en claro que "el titular de la Aduana sólo está por debajo del alto mando y titular de ANAM".
Esto también se lo informó a la Asociación de Agentes Aduanales, la de Terminales del Puerto de Veracruz, la de Transportistas y Agentes de Carga, el mando Naval de RN-3 y la Unidad Naval de Protección Portuaria (Unaprop). Su postura no gustó.
Estando en el cargo, el Capitán Climaco Aldape Utrera, uno de los cómplices de Solano y en ese entonces adscrito a la subsecretaría de Marina, le llamó para pedirle un favor.
"Lo anterior, no fue del agrado del Alm. Romel Ledezma, ya que él anteriormente, controlaba directamente a la Aduana de Veracruz a través del Viceal. (José Antonio) Toledano Castell", refiere.
"En otra ocasión, el Capitán Clímaco le indicó al suscrito que pidiera reunirse con su hermano el Contralm. Mario Aldape Utrera y un empresario transportista B&B, para ver si existía la posibilidad de facilitar que sus vehículos pudieran tener prioridad para el despacho en la Ruta Fiscal. Indicándoles que no se podía".
Guerrero dice que en una ocasión detectó que personal de Pemex trató de sacar pipas de combustible desde Bajos de la Gallega (tanques de almacenamiento); al increparlos, le dijeron que tenían autorización "de palabra" del titular de la Asipona, el Almirante Ledezma Abaroa, y del titular de la Aduana, el Vicealmirante Toledano Castell, aunque ya no lo era.
Estos hechos los reportó a las oficinas centrales de la ANAM y la Marina.
'EL CAPITÁN SOL'

Capitán de Corbeta Miguel Solano, acusado de operar red de huachicol, fue experto en tareas de inteligencia por su paso por la entonces PGR.
El Capitán Miguel Ángel Solano Ruiz nació en 1978 en Totolapan, Veracruz y los marinos le decían "El Capitán Sol" o "El Fantasma".
Cuando el hoy Fiscal de Sonora, Gustavo Salas, era el titular del Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia (CENAPI, órgano de inteligencia de la desaparecida PGR), Solano era su secretario particular.
"Antes de hablar con Gustavo, primero te pasaban a una salita donde el Capitán se sentaba contigo, te preguntaba por el clima, cómo te iba con el trabajo y estaba contigo unos 20 minutos y después pasabas con Salas y él también estaba presente. Igual cuando hablabas por teléfono, primero te contestaba Solano, era el paso obligado para hablar con Salas", recuerda un ex funcionario de la FGR.
"Mi impresión es que era muy introvertido, en contraste con Salas, el Capitán era muy callado, muy selectivo, hablaba poco, observaba mucho, podía estar allí y no te dabas cuenta".
En agosto de 2010, Solano fue comisionado por la Marina al CENAPI, entidad a la que el año siguiente llegó como titular el Contralmirante Horacio Fourzán Esperón, quien había sido Jefe del Estado Mayor de la Cuarta Región Naval en Guaymas, Sonora.
Fourzán salió del CENAPI con el cambio de sexenio, pero Solano continuó en el órgano de inteligencia.
En abril de 2015 Gustavo Salas llegó como titular del centro y el Capitán se convirtió en su brazo derecho.
Cuando Salas fue nombrado como nuevo titular de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), en septiembre del mismo año, se llevó a Solano con funciones de jefe de oficina.
Es a partir de que entra a la SEIDO, cuando el Capitán Solano empezó a ser detectado por las autoridades financieras como un ludópata asiduo al Hipódromo de las Américas y establecimientos de Big Bola.
De acuerdo con la FGR, del 2015 al 2023 se gastó en apuestas 52 millones 128 mil 239 pesos en dichos establecimientos, pagando el 99.73 por ciento en efectivo.
Tanto el hipódromo como la casa de apuestas reportaron 400 avisos a las autoridades hacendarias, pero no ocurrió nada. A partir de entonces, su patrimonio se disparó en diversos indicadores: inmuebles, depósitos, joyas.
En marzo de 2016 fue comisionado el Contralmirante Fernando Rubén Guerrero Alcántar a la Dirección General de Tecnología, Seguridad y Apoyo a la Investigación de la Delincuencia Organizada en la SEIDO.
Guerrero y Solano se conocían desde 1994 y habían coincidido en el 2002 en el Sector Naval de Topolobampo y en el 2007 en la Sección Segunda de la Jefatura del Estado Mayor de la Armada, dedicada a labores de inteligencia.
Solano salió de la SEIDO el 6 de marzo de 2017 y causó baja de la Marina el 16 de febrero de 2018. Guerrero renunció a la subprocuraduría el último día del sexenio y regresó a la Armada.
Solano salió millonario de la subprocuraduría y en el nuevo sexenio continuó con el mismo ritmo de gastos, pero bajo el cobijo de una estructura delictiva integrada por marinos comisionados en las Aduanas, según la Fiscalía.
SANTO
El 19 de abril de este año, el Capitán Alejandro Torres Joaquín viajó por carretera de Tampico a Veracruz, con dos maletas en las que llevaba 10.5 millones de pesos en efectivo.
Torres, quien había sido director de la Aduana de Tampico hasta el 15 de enero pasado, recibió durante el trayecto una llamada telefónica de su hijo.
"Tuve una llamada de mi hijo para saber de mí, que si me encontraba bien, porque mamá está preocupada y le pregunté por qué, me dijo que su mamá (mi esposa) había recibido una llamada de un número desconocido, diciéndole que si era la esposa del capitán Torres, o sea, yo, y le dijeron que me tenían secuestrado", relató el Capitán a la FGR.
"Espantada, le habló a mi hijo y éste a mí, le dije '¿cómo? De hecho voy viajando, ya salí de vacaciones, voy manejando de hecho', 'cuídate papá, aquí te esperamos' y corté la llamada".
Ese fue el momento en que Torres tomó la decisión de ir a la FGR para contar todo lo que había sucedido durante su paso por la Aduana de Tampico, del 1 de agosto de 2023 a enero de 2025.
El 13 de mayo pasado, el Capitán entregó a la Fiscalía un escrito y 29 millones 500 mil pesos en efectivo que había cobrado en sobornos.
Para entonces, la FGR ya sabía que entre abril de 2024 y marzo de 2025 un total de 31 buques pasaron por las aduanas de Altamira y Tampico y descargaron combustibles de contrabando.
Torres declaró que el Capitán Miguel Ángel Solano Ruiz, "El Capitán Sol" o "El Fantasma", le enviaba un millón 750 mil pesos por cada buque de huachicol que dejaba descargar en dos recintos fiscales.
De abril de 2024 a enero de 2025, admitió haber permitido la descarga de 14 de los 31 buques con huachicol fiscal y cobrar los sobornos tres días o una semana después de que los barcos zarparan.
Sólo por los 14 barcos, asegura que recibió 24 millones 500 mil pesos, de los cuales repartió con los suyos un total de 4 millones 720 mil y se quedó con 19 millones 780 mil.
El dinero sólo lo compartía con 6 de los funcionarios con quienes debía dividirlo, aunque les daba menos de lo que les correspondía.
Solano era muy cuidadoso para operar estos sobornos con sus compañeros de armas. Su comunicación con Torres siempre fue por teléfono, a través de la aplicación Threema. Nunca se dejó ver el rostro y tampoco pronunció su nombre.
En la aplicación de mensajería, sólo estaba registrado como NK, KM o YR, pero cada cambio o movimiento que le anticipaba al director de la Aduana, se cumplía. Incluso,
Solano fue quien le prometió ese cargo.
"Yo le informaba las operaciones que realizaba desde el inicio y término de descarga de mercancía de los buques y cuando zarpaba me indicaba NK que me iban a contactar para la entrega del dinero, indicándome siempre que todo estaba en regla y que todo era normal, que no me preocupara, ya que contaba con el respaldo de 'Los Primos' y otros altos funcionarios. En la actualidad sé que 'Los Primos' son unos almirantes de apellidos Farías Laguna y/o Lagunes, y esto lo sé por en el medio donde me desenvuelvo salen comentarios de compañeros del mismo medio".
El primer buque con aditivo para aceite llegó en abril de 2024 al muelle fiscal 289, autorizado por la Administración del Sistema Portuario Nacional (Asipona).
Torres dijo que avisó a las oficinas centrales de la ANAM y se hicieron análisis de laboratorio que concluyeron que el producto era el consignado, burlando la fracción arancelaria.
De esa forma hacían pasar los hidrocarburos como aditivos para aceite.
Así operó él hasta que salió de la dirección de la Aduana y así se siguió operando hasta el 19 de marzo pasado, cuando fue asegurado el buque Challenge Procyon con 10 millones de litros de huachicol fiscal en Tampico.
Torres le marcó a Solano, porque sus ex subordinados en la aduana estaban muy nerviosos. "El Capitán Sol" minimizó el evento.
"Le avisé a esta persona... que la gente que estuvo en las operaciones tiene miedo de su situación, contestándome que se trataba de choques políticos entre el Secretario de Seguridad (Omar García) Harfuch y el hijo del Presidente, pero que ya llegaron a un acuerdo y dígale al Capitán Estudillo que no va a pasar nada", relata Torres sobre esa conversación.
El ex director de la Aduana también reveló que uno de los recintos fiscales en donde desembarcaron los 31 buques con huachicol fiscal está concesionado a un empresario tabasqueño vinculado al crimen organizado y amigo del senador morenista Adán Augusto López.
Mexicanos contra la Corrupción dio a conocer que el concesionario en cuestión es Saúl Vera Ochoa, quien apoyó la precandidatura presidencial del ex Secretario de Gobernación.
¿Recuerda el nombre del cesionario 289?, le preguntó a Torres la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, el 11 de junio pasado.
"No recuerdo, sólo me indicaron que tuviera cuidado con ellos porque estaban trabajando con personas de la delincuencia organizada, eso me lo dijo un Almirante del puerto de Tampico, Tamaulipas, y que el dueño o cesionario tenía lazos y muy buena amistad con Adán Augusto López Hernández, me refirió también el Almirante que no podía hablar por tratarse de las relaciones y personas que eran".
¿Sabe quién es Adán Augusto López Hernández?
"Sí, sé que es un político muy cercano al ex Presidente Andrés Manuel López Obrador, en la actualidad sé que es Senador de la República".
El 28 de julio, la FGR concedió formalmente a Torres el beneficio de testigo protegido y le asignó el nombre clave "Santo".
LOS PRIMOS

La FGR sabe que los hermanos Farías se hicieron millonarios en el sexenio pasado y que se reunían con Miguel Ángel Solano Ruiz, "El Capitán Sol" o "El Fantasma", otro millonario que supuestamente operaba la red de corrupción de "Los Primos" en las aduanas.
A diferencia de otras investigaciones, la Fiscalía empleó la geolocalización y la identificación de números telefónicos próximos a sus objetivos para determinar cómo, cuándo y dónde se reunieron los investigados desde el 17 de junio de 2023 al 11 de julio de 2025.
El Vicealmirante Manuel Roberto Farías Laguna, quien en la administración pasada fue secretario particular del jefe de Estado Mayor de la Armada y del subsecretario, nació el 12 de noviembre de 1976 en Ensenada, Baja California.
Su hermano, el Contralmirante Fernando Farías Laguna, quien en el sexenio anterior estuvo en la Unidad de Inteligencia Naval, nació el 21 de junio de 1978 en la Ciudad de México.
La investigación dice que de 2020 a 2024, el Contralmirante declaró haber recibido 6 millones 950 mil pesos de ingresos por sueldos y salarios de la Marina.
La primera discrepancia que detectó la FGR es que, con base en los Comprobantes Fiscales Digitales por Internet (CFDI's), en realidad recibió de la Marina un total de 11 millones 765 mil 612.20 pesos. Es decir, existe una diferencia de 4 millones 815 mil 569.20 de pesos.
Aunque el periodo no lo precisa, la FGR dice que Fernando recibió 41 depósitos por 40 millones 337 mil 21.41 pesos y realizó 59 retiros por 39 millones 791 mil 323.61 pesos hasta este año.
El 14 de octubre de 2020, el Contralmirante compró la casa ubicada en Valencia 105, Colonia Insurgentes Mixcoac, en la Ciudad de México, por 4.5 millones de pesos.
Pagó con dos cheques de caja, cada uno por
2 millones 250 pesos.
La operación más cuantiosa se registró eI 15 de mayo de 2024, cuando Fernando Farías compró a Desarrollo Residencial e Inmobiliario un inmueble en Nogales, Sonora, por 2 millones 248 mil 441 dólares.
El pago lo acordó en cinco parcialidades de 207 mil 548.40, 224 mil 844.10, 432 mil 392.50, 518 mil 871 y 864 mil 765 dólares, todos mediante transferencias internacionales.
La Fiscalía también consigna que, entre las operaciones inusuales del Contralmirante, están aportaciones de 11 millones 135 mil 981.76 pesos a su póliza del seguro de su madre en GNP, en el 2021.
En el caso del Vicealmirante Manuel Roberto Farías, la FGR señala que en el 2019 compró a nombre de su esposa un inmueble de 5 millones 136 mil 489.81 pesos y que pagó 677 mil 992.83 pesos en efectivo.
Según la Fiscalía, por esos años también su perfil financiero dio un salto, pues en 2020 registró gastos por 256 mil 713 pesos y en el 2023 el monto fue de 4 millones 931 mil 610.07 pesos.
En ese último año, sin embargo, sus ingresos como servidor público de la Armada fueron por 2 millones 603 mil 884.78 pesos, casi la mitad de los que se gastó.
También en el 2023 hizo dos pagos en efectivo por un millón de dólares a Mapfre Tepeyac, S.A., por el concepto de pago de primas u operación de reaseguro.
Por concepto de pago de póliza de vida en dólares y UDIS, de 2021 a 2024 hizo pagos a Mapfre México por un total de 7 millones 121 mil 640.99 de pesos, datos que derivan de los CFDI's analizados por la Fiscalía.
Mientras que en el 2017 adquirió una camioneta Ford Explorer del año en Sonora, por 560 mil pesos, en el 2021 compró para su esposa un vehículo Ford con valor de un millón 114 mil 400 pesos.
Al año siguiente, adquirió en el Estado de México un Mustang Coupe 1965 negro, un vehículo de colección, cuya factura señala que tuvo un costo de 49 mil 239 pesos. Este carro no lo manifestó en su declaración patrimonial.
En agosto del año pasado, el Vicealmirante pagó 348 mil 275.88 pesos por una pieza de joyería en El Palacio de Hierro, la cual liquidó en efectivo.
La geolocalización y registros telefónicos, obtenidos por orden judicial, indican que los Farías y Solano se frecuentaban y también hacían cientos y hasta miles de llamadas a números ubicados en las inmediaciones de las aduanas de Ensenada, Caba California; Dos Bocas, Tabasco; Veracruz; Guaymas en Sonora; y Manzanillo, Colima.
También en la Quinta y Décima Segunda Zonas Navales, ubicadas en Frontera, Tabasco, y Puerto Vallarta, Jalisco, así como la Primera Región Naval en Veracruz.
El Vicealmirante y Aldape están hoy presos en el Altiplano. Ambos guardaron silencio durante sus comparecencias ante un juez.
El Contralmirante y "El Fantasma" desaparecieron del radar de las autoridades.