Otro torneo que se le va a Cruz Azul. En unos cuántos días dirá adiós. (Bueno, técnicamente lo ha dicho). Se va sin pena ni gloria y sin boleto de acceso a esa fiesta a la que, seamos sinceros, entra cualquiera. Carnaval que de VIP tiene poco y que aunque nos deleita y enloquece cada seis meses, premia a los irregulares y pone en jaque a los regulares.