Pasaron pocos meses entre el fin del sexenio pasado y una especie de develación de episodios de la 4T que, como en serie de streaming, semana a semana nos han ido sorprendiendo. La sorpresa no viene necesariamente porque creyéramos que los personajes, todos ellos, eran seres de bien y sus obras bondad, sino porque fuimos viendo que, poco a poco, o perdieron contacto con su propio proyecto, o dejó de importarles guardar las apariencias. Esa imagen construida por el líder se está esfumando más rápido de lo que imaginamos. Aquel diferencial que prometía políticos mesurados, justos, honestos, comprometidos y austeros, no es posible sostenerlo ni en ficción.
Sofía Orozco
Es tapatía, chef repostera por casualidad y periodiquera por afición. Desde una perspectiva ciudadana, analiza y critica lo cotidiano.