El uso de drogas ilegales es una actividad cada vez de mayor riesgo. Imagina que eres una persona que consume habitualmente heroína; lo has sido por años y nunca te ha generado una crisis de salud. La consigues en el mismo lugar y utilizas siempre la misma cantidad. Un día, esa misma heroína te provoca dificultad para respirar. Tienes desorientación y confusión; tus labios y uñas se tornan color azul. Estás a punto de morir de sobredosis.