Al cabo de treinta años en compañía de 'Los Simpson', ¿en qué nos hemos convertido?
El mundo amarillo
LA MENOR IMPORTANCIA / José Israel Carranza EN MURAL
Cuando "Los Simpson" irrumpieron en nuestras vidas, la televisión todavía existía -y en México era especialmente horrenda-, faltaba todavía para que nos absorbiera el hoyo negro de Internet y teníamos apenas vagas suposiciones de lo que debía ser la democracia. El miedo al desastre nuclear se disipaba junto con la polvareda que dejó la caída del Muro de Berlín, pero ya lo habíamos trocado por nuevos pavores: al sida, al TLC que ya se fraguaba, al chupacabras en todas sus manifestaciones. El machismo, la homofobia, el racismo y otras pestes infestaban el trato social quizás un poco más que ahora, aunque rara vez eran objeto de repudio, del mismo modo en que la corrupción aceitaba la vida cotidiana pero no nos parecía tan reprobable. ¿Éramos una sociedad más atrasada? Todavía no imaginábamos cómo la realidad se ensangrentaría como lo ha hecho en estos treinta años. ¿Éramos más inocentes? Tal vez el impacto que esa familia causó se explique por esa vía: porque nos invitaba a empezar a sospechar, con alguna malicia, que las cosas no podían estar tan bien como habíamos venido suponiéndolo.
MÁS DE LA MENOR IMPORTANCIA / José Israel Carranza