El benchmarking contradice los embustes de nuestros políticos: México no ha mejorado, ha empeorado. Esto, bajo la métrica que ustedes gusten, ya sea violencia, certeza jurídica, generación de confianza, crecimiento económico, educación y etcétera. Lo peor es que la situación no pinta que tendrá en el futuro inmediato un cambio para mejorar, sino todo lo contrario.