OPINIÓN

Enredados

Jorge Volpi EN MURAL

4 MIN 30 SEG

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Cada mañana, nada más levantarnos, nos introducimos en ese diminuto objeto que nos promete el mundo. Todavía legañosos, dejamos que el brillo nos taladre las pupilas con su avalancha de información: saludos, chistes, memes, noticias, canciones, ruidos, fotos, videos. A partir de ese momento, y hasta que al fin regresamos al sueño, no dejamos de asirnos a ese adminículo que se ha convertido en otro órgano de nuestro cuerpo: una herramienta que es ya una parte indisoluble de nuestra memoria y de nuestra relación con el universo y con los otros. No dejamos pasar más de diez o veinte minutos haciendo otra cosa -cualquier otra actividad- antes de volver a abismarnos en ese agujero negro en busca de algo que, por supuesto, no buscamos: alivio a la ansiedad, a la depresión, a la acedia, a la vida.