La tarde del 23 de mayo de 1992, cientos de kilos de explosivos ocultos bajo el asfalto estallaron e hicieron saltar por los aires tres automóviles blindados en la autopista que une el aeropuerto y la ciudad siciliana de Palermo (Italia). La explosión quitó la vida al juez Giovanni Falcone, a su esposa y a tres escoltas.