Sólo por hoy hagamos a un lado a los almirantes almidonados, pero enchapopotados hasta las pestañas, para comentar con ustedes, amables lectores, un tema local de alto impacto. Sorpresa fuerte resultó para nosotros que Mauricio Fernández Garza, Alcalde de San Pedro, N.L., pidiera ayer licencia, anunciando que en dos semanas renunciará al puesto. Todo esto por motivos de salud, al contrario de esos políticos que se aferran al hueso: al percatarse de que su crisis de salud le impediría desempeñar el cargo cabalmente, Mauricio prefirió renunciar a él. Se requieren enormes cotiledones para anteponer la buena marcha del municipio por encima del interés personal.