OPINIÓN

Juego de tronos y curules

TRANSVERSAL / David Gómez-Álvarez EN MURAL

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Las curules de los Congresos son como el juego de las sillas: los diputados se mueven para ocupar no solo los espacios en disputa -asientos en la mesa directiva, la junta de coordinación política o las comisiones legislativas- sino cambiándose de bancada parlamentaria. Al escuchar la melodía del poder, los legisladores buscan acomodarse y reacomodarse, alterando no solo la correlación de fuerzas políticas, sino distorsionando la representación popular, incluso al margen de ley y de la voluntad de los votantes.