El pasado 26 de septiembre, a pocos meses de concluir su mandato presidencial -siempre que no salga reelegido- Donald Trump presentó a su candidata para ocupar el puesto en la Suprema Corte de Justicia que dejó vacante Ruth Bader Ginsburg, icónica defensora de la mujer. La candidata de Trump, Amy Coney Barrett, es también una mujer icónica, casi podríamos decir la antítesis de su precedente.